A mi Estrellita

sábado, abril 22, 2006

Cuando la soledad del desierto no es más que una mera ilusión...

En un viaje que realice hace poco, de noche, tuve que transitar por las amplias planicies del desierto del Norte de nuestro país. Y ahí iba yo, conduciendo en la soledad de la noche, escuchando música, pero no cualquier música, se trataba del artista que nos gusta en común, canciones desde las primeras hasta las últimas. Tenía el tiempo suficiente, por el viaje, para escucharlas...así, no me sentia solo, ya que iba la música y ella también. Y así, la extrañaba aún más, porque quería estirar mi mano al asiento del acompañante, y que se uniera a la suya, que ella fuera quien pusiera la música, como tantas veces lo hacía, mientras yo hacía mi papel de su chofer oficial, ya que le carga conducir, y a mí, me encanta hacerlo para ella. Así iban aumentando los kilometros en el contador del auto, y mi nostalgia al pensar tanto en ella...
Llego un punto en que no aguante más, y me detuve, ya estaba cerca de donde iba, pero necesitaba detenerme. La noche estaba algo fría, no había luna, solo la inmensidad de la noche...y algo paso por mi mente, lo cual me lo dije para mí mismo:"...vaya, que hay Estrellas en el cielo". Y recorde cuantas veces nos quedamos bajo esas estrellas, incluso en el mismo desierto, solos, mirandolas, o no mirandolas, de acuerdo a si nos las ocultaba un abrazo un beso dado. Y ahí estaba, conmigo, como siempre, acompañandome en el viaje, y ayudandome a ver que la soledad del desierto, hasta eso, es algo tan poco patente, porque siempre, quien llevas en el corazón, te acompaña hasta el último rincón del mundo...