A mi Estrellita

martes, abril 04, 2006

De memorias y corazones que nunca olvidan

-"Hija, Katyta, ve a jugar un rato por ahí, quiero hablar a solas con tu madre"- le dije a mi pequeña estrella. "Se ve igual que tú, recuerdas que te decia yo que sería una copia chiquita tuya y tú sólo te reías", te dije, "si hasta tiene tus mismos gestos, tan bien imitados...simplemente, ella es cloncito tuyo, amor".
Aún recuerdo el día en que me diste la noticia, tan a la manera tuya. Aquella fecha, tiempo atrás, estabas nerviosa de temprano, no me habias dicho absolutamente nada de la noticia, porque sabías lo que implicaba para nuestra vida, la tuya y la mía. Y esa noche, al ir a dormir, me pediste algo del cajón del velador, que estaba en una cajita. Me pediste que la abriera, ante la cara de sorpresa que yo tenía, porque pensaba que sería...y ahí estaba, un zapatito pequeñisimo junto con ese resultado positivo que provoco que casi me diera una paralisis facial al preguntarte: "no me digas que..."; "así es mi amor", respondiste, "acostumbrate a que te vayan a decir ""Papá"", porque dentro de unos meses se lo empezaré a enseñar a alquien chiquita que esta aquí", mientras apuntabas a tu abdomen. Y sin pensarlo, te abraze, con ese abrazo ya no sólo de pareja, sino de trío, de padre y madre...
"... Si tiene la misma picardía tuya, tu mismo pelo, tu mirada",te digo mientras te miro, "..esta tan grande ya, si fue ayer cuando la tomaba en brazos..". Y se me viene a la memoria ese otro día...me avisaron de pronto que ya te ibas a tener a nuestra bebita, ¡que emoción, ser padre!. Mi jefa solo me dijo "ya, andate, que estas haciendo aquí". Corrí, casi atropelle a dos perros, una abuelita me dio un rosario que se diluyo en la velocidad que llevaba. Ni sé como me puse ese traje de pabellón, y como casi me ahorco al colocarme la mascarilla. Y luego, verte ahí, radiante entre tanto suceso, con esa luz que solo la da la emoción de dar vida...tome tu mano, y luego...luego, el llanto, primero casi como un chillido que brota como una semilla, que que se fue a fundir con el sollozo mío y tuyo. "Katya, ya esta aquí amor", fue lo que te dije, y tú solo me miraste, en tu cansancio y somnolencia, diciendome que así era, despúes de tantos obstaculos y dificultades...
"..hasta tus mismos gustos, como el helado y el jugar conmigo tiene"; sí, te copio en todo, definitivamente pienso dentro mío. Y comienzo a llorar, sé que no te gusta, lo sé, pero es inevitable sentir esto tan fuerte, tan dentro de mí. "Sí, amor, sé que no debo llorar, ni aunque sea de felicidad me lo permites", pero este llanto es distinto. "Papito, ¿lloras por mami?", me dice una vocecita que vuelve de su juego, "sí hija, es por mamí". Y me mira con la misma mirada que tu tenías para tranquilizarme, "no llores papi, mamá siempre esta con nosotros", "lo sé hija, lo sé"; la abrazo y te dejamos junto a tí, a esa fría placa que lleva tu nombre una flor, una rosa roja. "Te extraño, amor mío...", digo en el silencio de mi interior, mientras queda un beso puesto con mis dedos sobre tu nombre, antes de marcharnos nuestra hija y yo...

1 Comments:

  • At 1:33 p. m., Blogger Marcela said…

    Triste historia...historia que jamás se espera que pase. Cómo dejar solos a quienes tanto se quiere, la verdad, es algo que no se elige, que no se sabe. Pienso, que lo que decides, algunas veces, puede trastocar completamente la vida de quienes te rodean, y no siempre para bien. Aunque las intenciones sean de vida, podria ocurrir todo lo contrario...se compensaría el intercambio?

     

Publicar un comentario

<< Home