Como duele...
He estado llorando desde el día de ayer, con tanta fuerza, que ni yo imagine que se podría llorar de esta manera. Y es que el dolor es tan grande, que hasta duele de verdad el corazón. La mujer que amo, no esta conmigo...y yo, no pude hacer nada por retenerla, no porque no quisiera, sino que porque otras cirscuntancias se nos pusieron en nuestro camino. Incomprensiones, envidias, no lo sé, pero fue eso lo que nos pica como una aguja una y otra vez nuestra vida amorosa.
Siento un estado de inconciencia, que te saca de este mundo, dejandote casi en animación suspendida. No hay medicamento ni terapia alguna que te saque el dolor, este ácido que te carcome el ser. Tan sólo me dejo llevar por las canciones que tantas veces escuchamos, tantas veces le cante...y la veo, aunque sea una ilusión, pero la veo. Esta conmigo escuchandolas, sonriendo, con sus ojos de luz, y su aura tan hermosa acercandose lentamente a mí. ¿Será esta calma, casi como la que se siente en la muerte?, quizás; para saberlo, hay que estar muerto y volver, y nadie lo ha contado. Sin embargo, creo que es así, porque poco a poco uno va muriendo en cada lágrima, en cada sollozo, grito lastimero, se va perdiendo un poco de vida, de aliento.
Me pregunto si aun le gustaré con estas tremendas bolsas bajo mis ojos, de tanto llorar que se han formado; quizás sean más lágrimas esperando salir, o talvez, el morral de los recuerdos que estan ahí, no sé si para consolarme o para decirme cuanto es lo que he perdido. Pero entre tanto dolor, tanta pena, queda un sentimiento que jamás se va: el amor. Sí, la amo, y sé que este dolor es una forma más de decir cuanto es que la siento, cuando es que la extraño, cuanto es lo que ella es en mi vida...Si...la amo, aun cuando no tenga su voz rondando en mis oidos, ni sus ojos revoloteando como luciernaga sobre mí...Esta, aunque no este.
Te amo, repito cada vez, mientras se refleja mi sentimiento en cada prisma que son estas lágrimas mías...
Siento un estado de inconciencia, que te saca de este mundo, dejandote casi en animación suspendida. No hay medicamento ni terapia alguna que te saque el dolor, este ácido que te carcome el ser. Tan sólo me dejo llevar por las canciones que tantas veces escuchamos, tantas veces le cante...y la veo, aunque sea una ilusión, pero la veo. Esta conmigo escuchandolas, sonriendo, con sus ojos de luz, y su aura tan hermosa acercandose lentamente a mí. ¿Será esta calma, casi como la que se siente en la muerte?, quizás; para saberlo, hay que estar muerto y volver, y nadie lo ha contado. Sin embargo, creo que es así, porque poco a poco uno va muriendo en cada lágrima, en cada sollozo, grito lastimero, se va perdiendo un poco de vida, de aliento.
Me pregunto si aun le gustaré con estas tremendas bolsas bajo mis ojos, de tanto llorar que se han formado; quizás sean más lágrimas esperando salir, o talvez, el morral de los recuerdos que estan ahí, no sé si para consolarme o para decirme cuanto es lo que he perdido. Pero entre tanto dolor, tanta pena, queda un sentimiento que jamás se va: el amor. Sí, la amo, y sé que este dolor es una forma más de decir cuanto es que la siento, cuando es que la extraño, cuanto es lo que ella es en mi vida...Si...la amo, aun cuando no tenga su voz rondando en mis oidos, ni sus ojos revoloteando como luciernaga sobre mí...Esta, aunque no este.
Te amo, repito cada vez, mientras se refleja mi sentimiento en cada prisma que son estas lágrimas mías...
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